Su abuelo fue el primer vecino de Bonares (y por extensión de toda la provincia) que decidió veranear en Mazagón, concretamente en la playa de Torre del Oro, mediante la instalación en la arena de ranchos cubiertos con telas de saco o lona.El avance del mar, la disminución de la playa, les obligó a trasladar su destino, en los primeros treinta, a lo que después sería conocido como Casas de Bonares (Zona Oriental de las Dunas del Odiel).Para entonces en Mazagón sólo existía el Faro y los cuarteles, aunque a principio de los años treinta se instalan dos hermanos pescadores con sus jábegas: Joaquín, en la zona de la Torre del Oro, y Fidel, en la zona del Arroyo Mazagón (hoy, Parador). Este último, con una casa de madera.
MAZAGÓN, ENTONCES
El viaje se realizaba en caballerías. Salían a las 12 de la noche y llegaban amaneciendo (a las 7 o las 8 de la mañana). Para evitar el calor.Entonces se traía todo porque aquí no había nada.
El primer comercio lo abrió Magdalena, esposa del Guardia Forestal Pereira. Tenían una choza en las Casas de Bonares y allí comenzó a vender alguna cosa (años cuarenta).Entonces era fácil coger paludismo. “Todos los años lo cogíamos y estábamos todos amarillos”. Su padre llevaba cargamentos de “esturina”.El botiquín de su padre alcanzó cierta fama y, aunque no era médico, atendía a mucha gente. Las jábegas habían atraído a muchas gentes para “jalar” de la red, que se instalaron en chozos en la playa (“vivían allí todo el año”). Tenían una gran admiración por su padre porque les atendía y proporcionaba medicamentos. Incluso asistió a partos.Su padre siempre llamaba a este lugar playa de Castilla o playa de Arenas Gordas. LA GUERRA CIVIL La insurrección (“el Movimiento”) les coge allí (18 de julio del 36). Su padre casualmente se hallaba en Bonares. Al día siguiente, camino de Mazagón, decide pasar por Moguer a saludar a unas amistades. Estando allí vio pasar un automóvil: en el mismo viajaba toda su familia de vuelta. Su padre continuó su viaje hacia Mazagón, para desmontar el chozo.
Cree recordar que guardaba los materiales en el Cuartel de la Guardia Civil.Una mañana, dos hombres, vestidos con mono, le preguntaron por Fidel, el pescador. Se trataba del Gobernador Civil y de otro alto cargo provincial. Confesaron ser “de derechas” pero habiendo trabajado para la República, tenían miedo y deseaban que el tal Fidel les pasase a Portugal. Según escuchó, el tal Fidel tuvo miedo y el Gobernador sería prendido y ejecutado en la Torre del Oro.Un barco “rojo” (del Gobierno legal) se detuvo frente a la barra y solicitó un práctico: al subir al barco le fusilaron y comenzaron a bombardear la batería del Picacho.Terminada la guerra hubo un campo de prisioneros. Iban pelados al cero. El comandante del puesto, amigo de su padre, le enviaba cada año por el día de Santiago una orquesta a su chalet. Eran presos.Conserva asimismo una cubertería grabada con el nombre del chalet (“Villa Pepita”) que grabaron los presos y se la regalaron.En Mazagón no había mucha vigilancia. El medio era suficientemente persuasivo. De hecho, siempre ha oído que esta zona de Mazagón se consideraba como una zona de castigo, incluso como destino de Guardias Civiles y funcionarios.
LA CASA.
La primera casa de ladrillo la construyen en 1939. En la zona sólo existía una caseta de madera que ocupaba en verano la familia de un contratista de carreteras de Sevilla. Parece ser que sólo después, en marzo de 1940, se legaliza la ocupación mediante una concesión que extiende un representante de la 5ª División Hidrológico Forestal, en base a una Orden Ministerial de 7 de agosto de 1934. El canon inicial fue de 45 pesetas anuales.A principios de los 70, Patrimonio las vendió a los propietarios. Les costó 6000 pesetas.A principios de los 40 van llegando otras familias de Bonares y construyen sus casas. Don Cristóbal Prieto, Jefe de Obras Públicas en Huelva, y su hermano Andrés Prieto; los Velo… y de Rociana otras 4 o 5 casas, como la de Federico Ferraro, la de Faustina Costa, etc.
LA GUERRA MUNDIAL
Un avión alemán hundió un barco de un convoy británico.
En una ocasión su padre hizo señales con una bandera española a un submarino alemán. La marinería saltó a tierra y estuvieron dos días en su casa a base de frutas y vino, lo único que querían. OTROS En realidad, venían sólo a pasar el verano, aunque su padre venía en invierno a participar en cacerías de patos en las lagunas. Además, una vez construida la casa, su padre pasaba largas temporadas. Afectado por una parálisis progresiva, contrató a un oficinista como secretario, al que dictaba todas sus experiencias en Mazagón.El verano se pasaba en la playa y en pijama. La única diversión que recuerda eran las excursiones en burro.No hay ni luz ni agua corriente. Se iluminaban con carburos y petróleo. El pan lo cocían en un horno que tenían en el patio. Durante algún tiempo, el único pozo que hubo en la zona fue el que mandó cavar su padre en su propio patio.
Bonares(Huelva)
Diego Camacho.